I’M NO ANGEL CURVES

Nada mejor que un mensaje corto, directo y contrario a una archiconocida marca. Como diría Risto Mejide en su libro «El método Annoyomics», para vender hay que molestar y la molestia se puede manifestar de varias formas.

En este caso, la campaña de publicidad brillante ha sido la de la colección Cacique de Lane Bryant con su slogan I’M NO ANGEL.

  

  

  

  

  

Se trata de una línea súper sexy de ropa interior: braguitas y sujetadores, para chicas con curvas y/o tallas grandes. El slogan ataca directamente a los angeles de Victoria’s Secret y reivindica que cualquier mujer puede ser sexy independientemente de sus medidas o curvas.

La campaña de publicidad, bajo mi punto de vista, es increíble: va dirigido a un público para el que probablemente esté vetada en el mercado la ropa sexy, ataca directamente a la marca de lenceria reina por excelencia, todos los medios de comunicación se han hecho eco por reivindicar algo tan natural como un cuerpo natural y sin Photoshop, y para ello viste con sus diseños a varias mujeres súper sexys y guapísimas que lucen increíblemente la línea de la marca.

Ahora que yo también estoy gordita, ¡reivindico la belleza de las mujeres con curvas! Y se mire como se mire… ¡la mujer es preciosa de todas formas!, ¡los hombres también lo saben!

Esther

¡Venga hombre!

Buenos días,

La verdad es que no tenía previsto repetir un post sobre la Preysler y menos de ella junto con su amiga Carmen Martinez Bordiu, pero la foto que me mandó el lunes mi cuñadisimo me obliga a hacerlo.

la foto-6Se corresponde con la portada de una número del mes de septiembre de la revista Hola en la que aparecen Isabel y Carmen como si de dos quinceañeras se tratara. Me dicen que es una broma y me lo creo.

Alguno puede pensar que la reflexión de hoy es envidia, ya os digo ahora que no. Al contrario, es una especie de vergüenza ajena. Evidentemente que a mi lo que hagan estas dos señoras y los señores de Hola ni me va ni me viene, pero no acabo de entender que pretenden, ni unas ni otros.

De nuevo nos encontramos no tan solo ante un exceso de bisturí, sino ante un exceso de photoshop. No tienen bastante con lo primero que además deben retocarse digitalmente. Bajo mi punto de vista, patético. Lo he mirado y según parece ambas tienen 63 años, ¿en serio las caras, cuello y brazos que aparecen en esta fotografía se corresponden con los propios de dos mujeres de 63 años? a mi sinceramente me parece que no. Una cosa es querer verse mejor, hacerse un pequeño o pequeños retoques para verse mejor o envejecer mejor y otra es querer parecerse a tu propia hija, porque como dijo nuestro amigo y seguidor del blog, ¿quienes son las de la portada, las madres o sus respectivas hijas?.

Negar el paso del tiempo, es más, negarse a aceptar el paso de tiempo en uno mismo es alargar lo inevitable. La linea entre lo bello y el ridículo llega un punto en que es tan fina que el riesgo a equivocarse es altísimo, es evidente que estas dos señoras la han pasado.

Esto es todo, la semana más y mejor.

Un abrazo.

Maria

Inexpresión

Buenos días,

Como supongo que todos sabéis ya a estas alturas, el pasado lunes murió Miguel Boyer, para entendernos y aunque no creo que esta fuera su mayor hazaña, marido actual de Isabel Presley.

El post de hoy no va para nada dedicado a la desgraciada muerte de este señor, sino al rostro inexpresivo de su viuda, es decir al alabado rostro de Isabel Preysler.

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Siempre se ha hablado de Isabel como reina de estilo. Hace años que encabeza las listas de mejor vestidas de España y todos hemos oido de cremas que deben su exito solo por que se rumorea que las usa la mismisima Preysler.  Es imagen de Porselanosa y una mujer, según se comenta, que se conserva muy bien para la edad que tiene.

Como yo no soy tonta, sabía que lo de Isabel era una mezcla explosiva de bisturí en la vida real + photoshop en sus reportajes fotográficos, (aprovecho para decir que justamente el uso excesivo de photoshop es lo que ha hecho que nunca se haya visto tan feo a George Clooney como en la portada de Hola dedicada a su boda que tuvo lugar ahora hace pocos días, madre mía, que desgracia, ¿no?, ¿lo habéis visto?, pero si este hombre era guapo!). De lo que no me había dado cuenta es de la desgracia que esto suponía. Estos días en los que tanto en la tele como en las revistas se ha podido ver a Isabel de riguroso luto, acudir al tanatorio para despedir a su marido, me he dado cuenta que su cara era siempre la misma, es más, estaba casi incluso «contenta», como sonriendo, y no es que no estuviera triste, que me imagino que sí, sino que su rostro es totalmente inexpresivo, no transmite nada, esta tan estirado y pegado detrás de las ojeras que no expresa ningún sentimiento, ni el de la tristeza por perder a un ser querido, sentimiento tan natural como la sonrisa, tan natural como una arruga.

Ver la cara de Isabel, que era la misma al despedir a su marido que al amadrinar una campaña de baldosas de lujo, me ha hecho pensar de lo peligrosa que es la cirugía estética. No estoy para nada en contra sino (valga la redundancia) al contrario, pues yo soy la primera que me hice una otoplasia, nombre técnico con el que se conoce la corrección de las orejas de soplillo y soy muy partidaria de corregir pequeños o grandes defectos a ojos de uno mismo, claro está, o simplemente de hacerse algún retoque para verse mejor, pero como todo, uno debe saber decir basta y creo que llegar al punto de perder la expresión es muy triste, al menos a mi me lo parece.

Y con este reflexión en voz alta me despido hasta la semana que viene.

Un abrazo,

Maria